miércoles, 30 de agosto de 2017

El Eurobasket necesita un descanso

Y lo tendrá. Para la próxima edición tocará esperar hasta 2021. No le ha importado a muchas estrellas. Entre lesiones y bajas voluntarias, el torneo arranca muy devaluado, con más de medio centenar de ausencias de primer nivel. El griego Giannis Antetokounmpo, los serbios Milos Teodosic y Nikola Jokic, los franceses Rudy Gobert y Nico Batum, el español Sergio Llull, el italiano Danilo Gallinari, el croata Ante Zizic, el turco Enes Kanter y el checo Jan Vesely son las principales bajas. Y eso sin contar a Tony Parker, Dirk Nowitzki, Vassilis Spanoulis, José Manuel Calderón y Marcin Gortat, fuera ya del basket de selecciones.


Giannis Antetokounmpo, en el último Eurobasket.
Foto: www.fibaeurope.com
Uno de los últimos en ‘borrarse’ del Eurobasket.

Una de las mayores pérdidas.

“Es la mayor decepción de mi carrera”.

‘The Greek Freak’ se saltará el Eurobasket 2017. Giannis Antetokounmpo anunciaba su renuncia apenas dos semanas antes de arrancar el torneo. La explicación, una ‘oportuna’ lesión en la rodilla derecha para los intereses de la franquicia que le ha firmado un megacontrato de cuatro años por cien millones de dólares, los Milwaukee Bucks, y para los intereses generales de la NBA, que ha encontrado en el griego a una inminente gran estrella de la Liga, un futuro candidato a MVP:

“Quiero que todos sepan por mí que no podré jugar con la selección griega en el próximo Eurobasket. Todo este tiempo me estaba presionando para trabajar. Estaba tratando de engañarme y no sentir dolor, con la esperanza de que estaría listo para los partidos oficiales. Mi voluntad afectó a mi juicio, pero las pruebas a las que fui sometido en China por el personal de los Bucks fueron el momento de la verdad”, explicaba Antetokounmpo en las redes sociales.

“Fallé en las pruebas que me pusieron y la razón fue el dolor que sentía a los pocos segundos. Puedo aceptar la verdad y tratar con ella de una manera madura. Tengo que trabajar y mejorar tanto como pueda de la rodilla. No tengo opción. Estoy lesionado, siento dolor y debo curarme. Es la mayor decepción de mi carrera”, se lamentaba el griego de origen nigeriano, MIP (Jugador Más Mejorado) en la NBA en la última temporada.

La ausencia de Antetokounmpo no ha convencido a la Federación Griega de Baloncesto, que ha insinuado presiones de los Bucks y la NBA para que el jugador renunciara al Eurobasket:

“La información del mánager general de la franquicia (Milwaukee) y del jugador, a través del teléfono y las redes desde China (y no en las formas adecuadas), de la baja de Giannis de la selección es triste por la gran pérdida, pero no nos sorprende (…). Estábamos particularmente preocupados desde que Giannis llegó a Grecia. Desde que comenzó la preparación, se creó un plan organizado y bien organizado por parte del equipo (Milwaukee) para que no jugase. Todo estaba en pleno conocimiento de la Liga norteamericana, si no fomentado por ella, y se situó al jugador en una situación muy complicada. Al final, ha sido obligado a informar de que no podía ser miembro del equipo nacional”.

Una polémica que ha obligado a la NBA a salir al paso:

“La NBA y los Milwaukee Bucks han seguido todos los protocolos apropiados dentro del acuerdo existente entre NBA y FIBA. Giannis tiene una lesión confirmada a través de múltiples exploraciones y cualquier sugerencia que indique lo contrario es falsa”.

La baja, voluntaria o no, de ‘The Greek Freak’ es una puñalada casi definitiva a un Eurobasket devaluado y la confirmación más evidente del declive de una competición desprestigiada por los mismos jugadores y clubes. Ni digamos por la NBA.

Al Eurobasket no le ha quedado otra que reinventarse.

La edición 2017 será la última con una periodicidad cada dos años, como ocurría desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

El calendario no da más de sí. Las grandes estrellas, comprometidas con la NBA o con los grandes equipos de la Euroliga, tienen cada vez más difícil acudir con sus selecciones. Se juegan mucho, mucho dinero. La NBA, principalmente, y la Euroliga, también. Quieren a sus estrellas sanas y a tope. Es deporte, sí, pero es negocio, un gran negocio y las competiciones de selecciones representan un gran riesgo.

El Eurobasket ha ido perdiendo interés con el paso de los años. Cada vez más estrellas se ‘borraban’ y la competitividad se resentía. La afición, consecuentemente, se alejaba.

La FIBA ha encontrado la solución, un ‘remiendo’, más bien, cambiando la periodicidad del torneo: de dos a cuatro años.

Ya no tendremos un próximo Eurobasket hasta 2021, con sede aún por determinar. Antes se celebrarán dos citas en Asia: un Mundial (China en 2019), con una novedosa y polémica fase de clasificación con encuentros en plena temporada de clubes, y unos Juegos Olímpicos (Tokio en 2020).

Ni el último Eurobasket en cuatro años ha logrado despertar el espíritu competitivo de muchas estrellas del baloncesto europeo.

La nómina de bajas, que afecta a todas las selecciones en mayor o menor medida, es más alta que nunca, con más de medio centenar de jugadores de primer nivel ausentes. Y no todos por lesión.

El ‘caso Antetokounmpo’ tuvo un peligroso precedente en el serbio Nikola Jokic (22 años), otra de las emergentes estrellas del baloncesto europeo que apunta a recoger el legado de la generación de Pau Gasol, Tony Parker, Dirk Nowitzki y Vassilis Spanoulis. Jokic optó por dedicar el verano para prepararse para la próxima temporada en la NBA con Denver y perderse el Eurobasket.

Pau Gasol, Tony Parker, Dirk Nowitzki y Vassilis Spanoulis demostraron una gran fidelidad a sus selecciones, incluso en la competición ‘menor’ de los Eurobasket. Gasol ha disputado seis Europeos, con tres oros, dos platas y un bronce, y llegará al séptimo en la edición de 2017.

Parker (máximo anotador histórico del Eurobasket) colgó la camiseta ‘bleu’ en los Juegos de Río tras dieciséis años (181 internacionalidades) con su selección. El base de los Spurs, con cuatro medallas europeas (incluido un oro), fue un fijo en los Eurobasket entre 2001 y 2015, ocho consecutivos.

Nowitzki (segundo máximo anotador histórico del Eurobasket) tampoco marginó su carrera con su selección, a pesar del ‘discreto’ potencial de Alemania. La estrella de los Dallas Mavericks defendió a los germanos entre 1997 y 2015, con 153 encuentros. Se llevó la plata en el Eurobasket 2005 tras promediar 26,1 puntos por partido. Nowitzki fue MVP en las ediciones 2001, 2005 y 2007.

Spanoulis (146 internacionalidades) también cumplió con la selección helena. El base, entonces del Panathinaikos, ahora del Olympiacos, debutó con el oro en el Eurobasket de 2005. Desde entonces, acudió siempre a las convocatorias, salvo en el Eurobasket 2011, por una lesión.

Los ejemplos de fidelidad a los compromisos internacionales de Pau Gasol, Tony Parker, Dirk Nowitzki y Vassilis Spanoulis contrastan con los intereses de dos de sus principales herederos: Giannis Antetokounmpo y Nikola Jokic.

La lista de ‘deserciones’ es preocupante: los españoles nacionalizados Nikola Mirotic y Serge Ibaka, los franceses Nico Batum, Rudy Gobert, Ian Mahinmi y Charles Kahudi, los croatas Miro Bilan y Ante Zizic, los alemanes Paul Zipser, Maxi Kleber y Tibor Pleiss, los lituanos Domantas Sabonis, Paulius Jankunas, Antanas Kavaliauskas y Renaldas Seibutis y el checo Jan Vesely, entre otros.

Las lesiones han hecho el resto: el español Sergio Llull, los serbios Milos Teodosic, Nemanja Bjelica y Miroslav Raduljica, los franceses Timothe Luwawu-Cabarrot, Moustapha Fall, Fabien Causeur y Rodrigue Beaubois, los italianos Danilo Gallinari y Andrea Bargnani, los turcos Omer Asik y Ersan Ilyasova, los georgianos Beka Burjanadze y Viktor Sanikidze, el griego Kostas Koufos, el polaco Maciej Lampe, el esloveno Zoran Dragic y el belga Matt Lojeski, entre otros.

Una hemorragia de jugadores de primer nivel que obliga al Eurobasket a renovarse más allá de un cambio de periodicidad o de fechas (adelantándose al final de la temporada, como en las competiciones de fútbol), como sugieren muchos técnicos.

El Eurobasket necesita volver a seducir.

Y casos como el de Antetokounmpo no son el mejor camino.